jueves, 27 de febrero de 2020

DECÍAMOS AYER...

A pesar de prometerme a mí mismo que escribiría con más asiduidad, ya veis, han pasado dos años ¡cómo vuela el tiempo! Podría poner mil excusas, pero para que engañarnos, mi indolencia es la causa principal.

La vida sigue adelante, sigue su curso; pero cómo podéis imaginar la vida de una familia numerosa, y con un miembro con autismo camina "a velocidad de crucero". Los hijos se hacen mayores... y los padres también. Las necesidades, las inquietudes, los problemas van cambiando... y nosotros también.

Y Nuestro Héroe (ya no del Silencio) también cambia. Los puzzles ya no son su gran pasión. Sí, como leen (sé que este blog lo leen algunos puzzleros). Ahora su gran pasión es dibujar y hacer "Art Attacks" (los dibujos a lo grande que hacía en ese programa infantil el querido Neil Buchanan). Como con todas sus aficiones, sorprende a todos con su creatividad a partir de objetos cotidianos. No deja de sorprenderme como esa mente tan limitada para entablar una relación social, es capaz de generar tanta imaginación, y plasmarlo con objetos destinados a otros usos como paños, estropajos, botones, o folios.

Pero también los problemas crecen. Será que se hace mayor, será que está madurando, será lo que quiera ser, pero ahora su primera palabra ante una petición o una sugerencia es "NO". El "NO" se ha instalado en su vida: "no quiero leer, no quiero escribir, no quiero ir a tal sitio, no quiero jugar..."

Otro aspecto negativo es su reticencia a salir de lo que hoy llamamos "la zona de confort". No le gusta salir de casa. Suponemos que el hogar le da seguridad, confianza, menor capacidad de sorpresas desagradables, menores estímulos no esperados. Es difícil hacerle salir, aunque finalmente lo consigamos. Supongo que "el mundo" esa cantidad de estímulos, luces, sonidos, le pueden crear cierta ansiedad que se reduce si se queda "en su fortaleza casera".

Y, como no, los hermanos, esos súper-héroes que quedan eclipsados por él. El hermano que le sigue en edad se ha convertido en un nuevo referente para él, al igual que la hermana que le precede. Es increible ver como un niño tan pequeño es capaz de captar la diferencia y aceptarla sin más, ponerse a su nivel y ayudarle en todo. Verlo hacer técnicas de relajación" con su hermano con autismo es toda una demostración de hermandad. Claro que también está su hermano pequeño, que de tan pequeño que es está en esa fase de "voy a fastidiar a mi hermano en todo lo que pueda". Pero bueno, nadie dijo que ser padre fuera fácil.

La vida sigue, la lucha continua, y seguimos avanzando. Nuevos retos, la incertidumbre de que pasará cuando termine primaria, pero siempre miramos hacia adelante, siempre unidos, lo lograremos todo... ¡hasta conseguir acabar el puzzle de 500 piezas en dos horas!