Uno de los miedos a los que nos encontramos los padres con hijos que tienen "necesidades educativas especiales" es su escolarización: si el colegio tendrá los medios adecuados, la ratio de alumnos, si tendrá monitora, PT, logopeda, etc. Nosotros en ese sentido teníamos suerte ya que conocíamos el centro donde iba a ir Nuestro Héroe y nos encantaba.
Empezó el curso y tras un "periodo de adaptación" de todas las partes (profesora, Nuestro Héroe, y nosotros)la cosa parecía que empezaba a funcionar. Pero en ese momento ¡zas! la profesora nos comunica que va a estar de baja varias semanas y que pondrán un profesor sustituto. El mundo se nos vino abajo. ¿Cómo se lo va a tomar Nuestro Héroe, acostumbrado a su rutina?, ¿cómo será el nuevo profesor?, ¿será un sustituto sin experiencia?, ¿sabrá tratar a "niños especiales"?. La hecatombe.
Y en estas estamos cuando apareció él. Bajo su apariencia de "novato", se escondía otro héroe. Pronto empezó a mostrar sus poderes, una sonrisa mágica, una alegría rebosante, y sobre todo un cariño sin límites a Nuestro Héroe. Todos estos días sabíamos que cuando Nuestro Héroe llegara al cole habría un abrazo de bienvenida, una sonrisa al entrar en clase, en definitiva alguien que estaba dispuesto a ayudarnos a romper esa burbuja invisible que separa a Nuestro Héroe del mundo en que vivimos.
Como ya dijimos en su día José Luis (que así se llama) ha conseguido por méritos propios ser Ayudante de Nuestro Héroe del Silencio. ¿Su secreto?: aceptarlo tal como es, ayudarlo en la medida de sus posibilidades, tratar de entenderlo, estar siempre ahí cada vez que Nuestro Héroe venía a "nuestro mundo", y sobre todo quererlo y hacerle sentir a él (y a nosotros) que era querido y aceptado sin condiciones. Por todo ello, GRACIAS PROFE JOSE LUIS, y hasta pronto (porque volveremos a vernos, si tu no vienes aquí ya iremos nosotros a verte). 