viernes, 21 de junio de 2013

A NUESTRAS AMIGAS DE LA CRUZ ROJA


    Parece que fue ayer cuando llegamos con nuestro hijo Jesús al centro de Atención Temprana de la Cruz Roja del Puerto de Santa María, justo el día antes de cumplir los dos años; y sin embargo, el próximo curso cumplirá ya los seis años y ya debe terminar su caminar en este centro.

    Llegamos con nuestro “bebé” y con un diagnóstico que apuntaba al autismo, pero también llegamos con la ansiedad del que conoce la teoría, pero no sabe cómo será la práctica, el día a día que nos tocaría vivir junto a nuestro hijo en la difícil andadura que nos queda por delante.

   Todavía recuerdo la sonrisa comprensiva de Montaña en la primera entrevista… sus palabras de ánimo.

   Y como no, el trabajo incansable de Regli, que consiguió ir arrancando de nuestro hijo las primeras palabras con su tesón y su cariño, y con el convencimiento que nos decía “este niño va a salir adelante”. En esos primeros meses ella fue la cuerda a la que nos agarrábamos en los momentos de tempestad.

   Cristina nos ha aportado la orientación en el arduo mundo de la logopedia y ha iniciado la participación en el juego de nuestro hijo con sus hermanas.

   Emilia nos ha apoyado en los momentos difíciles y siempre ha estado abierta para escucharnos, orientarnos y facilitarnos toda la ayuda que ha estado en su mano.

   También hay que recordar a Juan y a Ángeles, que aunque no han trabajado directamente con Jesús, siempre han tenido con él palabras y gestos de cariño.

   En estos cuatro años hemos vivido juntos buenos y malos momentos, hemos visto crecer a Jesús y los progresos que ha ido alcanzando. Hemos crecido también como familia y como personas, y todo ello junto a unos profesionales que no sólo se han limitado a hacer su trabajo de forma eficaz, sino, y quizás esto es lo más importante, que se han entregado en cuerpo y alma a nuestro hijo, para sacar de él lo mejor, y siempre con un inmenso cariño. Jamás lo habéis visto como un número o como un diagnóstico, sino como lo que es, como un niño y habéis intentado sacar adelante sus virtudes con todo vuestro amor y vuestra entrega.

   Obviamente, el hecho de que Jesús haya llegado hasta aquí indica que ha superado una etapa muy importante en su vida y debe seguir creciendo, pero no os imagináis cuánto os vamos a echar de menos en nuestro camino futuro, y cuánto recordaremos vuestros consejos, vuestros ánimos y vuestro cariño.

   Sabemos que siempre podremos contar con vosotros, y queremos que sepáis que siempre os llevaremos en el corazón, porque con vosotros comenzamos a dar los primeros pasos en este duro mundo del autismo, que nos ha tocado vivir.

Por todo esto, ya no nos queda más que deciros…hasta siempre y …GRACIAS

 

                                      FAMILIA ARAGÓN HINIESTA.

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